viernes, 7 de septiembre de 2007

De a tres es mejor


Por supuesto que no me avergüenza reconocer mi gusto por el sexo grupal. Ya lo he confesado en alguna oportunidad. Para mí las orgías son una práctica gloriosa. Aunque últimamente ando un poco remolón (esa es la verdad) y tiendo más a preferir los tríos. Paso a explicar.

Apenas me instalé en Buenos Aires, me inscribí en un grupo de internet que organizaba reuniones de sexo entre varones todos los meses. Uno pagaba una módica entrada y tenía a su disposición instalciones acondicionadas para el encuentro, preservativos a discresión, buenos tragos, buena música y (lo esencial) no menos de cincuenta hombres de toda edad y contextura dispuestos al cachondeo. Por aquel entonces no podía jactarme de ser un experto (no todavía) pero ya había tenido algún entrenemiento y, desde la primera vez, me destaqué por mi ductilidad. Así fue que pude contactarme con un par que después se transformaron en muy buenos clientes.

Hoy en día ya no asisto a esas reuniones, si bien sigo recibiendo mes a mes las invitaciones por correo electrónico. El trabajo, el estudio y los amigos ya no me permiten participar como lo hacía antes y (aunque me tienta muchas veces la idea de volver al ruedo) me parece que está bien así. Todo lo bueno tiene su costo.

El sexo grupal es franco y directo. Carece de los laboriosos preámbulos que impone la modalidad "uno a uno". Los que asisten a una orgía tienen objetivos muy claros y concretos: coger y pasarla bien. No es que pasaron a tomar el té con masitas y ante la primera insinuación te salen con un "usted me confunde, caballero". La cosa es bastante sencilla: vos vas y, cuando ves un tipo que te calienta, se lo decís derechamente o se lo hacés saber de algún modo no necesariamente elíptico (tocándole el bulto, por ejemplo). Si el otro (u otros) está (o están) de acuerdo, vía libre y a disfrutar. Ninguna dilación, ningún verso, ninguna promesa vana. Claro que nunca falta algún histérico que solo va a mostrarse o a mirar (sobre todo si es lindo) pero esa especie es rápidamente identificable y basta con no darle bola. Los únicos difíciles suelen ser los tímidos y los miedosos (generalmente primerizos) que pueden arruinarte el momento si no tomás los recaudos necesarios (buscar a otro, por ejemplo). Pero son minoría.

A pesar de todo esto, para el buen sexo, el mejor número es el tres. Soy un fanático incondicional de los tríos. Será por eso que nunca he soñado formar una pareja estable. Cuando se establece un vínculo responsable con alguien es muy difícil incorporar a un tercero en la cama. Muchos podrán decir que siempre hay un roto para un descosido y es posible que tengan razón pero... ¡no jodan! En la teoría todo está joya, pero la experiencia me ha demostrado que, cuando se plantean estos experimentos, uno de los dos integrantes de la pareja entra en crisis en mitad de la movida. Si me habrán llamado matrimonios... Anécdotas tengo para escribir una novela. Entre las más jugosas, recuerdo la de un tipo que me pagó para que pasara una noche de sexo con él y su novio. "Para revigorizar la relación" me dijo, como si tuviera que explicarme por qué lo hacía. Y cuando el otro me empezó a coger con ganas, el que me había contratado sufrió un repentino ataque de celos. "A mí hce años que no me culeás así" gritaba. Y todo se fue al carajo. Aunque yo cobré igual.

Para muestra basta un botón pero historias como esta son casi un clásico.


Es cierto que "lo normal" es coger de a dos, aunque en lo personal siempre me quedo con la sensación de que falta algo... como que queda un hueco sin rellenar ¡juas! No sé si me explico. En cambio, cuando la cosa es de a tres, todo cambia sustancialmente. Me fascina eso de poder chuparme una poronga mientras me están culeando; o cuando yo estoy culeando a otro; o tener un culo por delante y una pija por detrás; o... De a tres, las opciones son numerosas y todas por demás satisfactorias.

Si ya somos más de tres, da mucho mucho morbo pero no lo disfruto... tanto. Cuanto mayor es el número de participantes, mayor es la dispersión delplacer y de las energías.

De todas maneras, quiero dejar en claro que considero que un número poco recomendable para el sexo grupal es el cuatro. Una cogida entre cuatro personas termianrá casi indefectiblemente en dos cogidas de a dos. Quienes cuenten con la experiencia suficiente, podrán corroborar mis dichos. En este sentido, las estadísticas son contundentes.

Es decir que mi conclusión es siempre: "Que vivan los tríos".

Por eso la otra noche, cuando JM llegó tan urgido de sexo y me propuso incorporar a Sebita, me puse loco de contento. Aunque no me lo crean, hacía ya rato que no participaba de una fiestita y el hecho de que uno de los participantes fuera Sebis le otorgaba al evento un condimento especial. ¡Cómo me calienta ese pendejo!

El guacho llegó alrededor de las dos de la madrugada, después de que terminara con su cliente, justo cuando JM y yo arrancábamos con el tercer polvo de la noche.

- ¡Viejo de mierda! Me costó un huevo que se le parara y después tardó un siglo en acabar...

"Gajes del oficio" pensé, pero no le dije nada porque corría el riesgo de iniciar una conversación. Una conversación que, además, podía desatar una polémica en cuanto a mis ideas sobre la calidad del servicio y esas cosas. ¡Ni pensarlo! En la habitación, JM nos esperaba en bolas y con la pija dura. Puse un video de Madonna para tener un poco de música de fondo y Sebitas me siguió hasta el dormitorio. Tras una escueta presentación, yo me tiré en la cama y continué comiéndole la verga a mi cliente. Ellos se saludaron con una sonrisa y Sebas empezó a desnudarse. Aun no había terminado de hacerlo cuando JM le metió mano. Como el pendejo es bien calentón, se le puso dura al instante y, cuando estuvo ya desnudo, se montó sobre el pecho de JM y lo cogió por la boca. Sentí que la pija daba un tirón entre mis labios y, por maravillosa propiedad transitiva, la mía también dio muestras de renovada emoción.





- Esto es lo que necesité durante toda la noche. Lástima que no todos los clientes sean como vos.

La voz de Sebastián pretendía sonar natural pero la calentura le ganaba a la voluntad. Desde la entrepierna de JM, mi campo de visión era inmejorable: el culo marmóreo de mi amigo, bombeando con entusiasmo por encima de unos pectorales perfectos.

Así estuvimos un buen rato, hasta que JM tomó las riendas de la acción.

Sin decir una palabra, se deslizó felinamente por debajo del cuerpo de Sebas y, de pie junto a la cama, ofreció la verga para que mi amigo se la chupara. Yopermanecí como espectador durante unos minutos, pajeándome lentamente. Pero era evidente que esa situación no podía perdurar. JM se estiró hasta mi entrepierna y, primero, empezó a masturbarme para luego estirarse un poco más, con un objetivo más que claro. Entonces solo restaba cerrar el círculo... o el triángulo en este caso: tomé la verga de Sebitas en mis manos. Estaba espectacularmente tiesa y caliente. Así las cosas, tuve que hacer algunas contorsiones para acomodarme de la manera más confortable sin que alguno de los tres tuviera que abandonar sus quehaceres, pero lo logré. Yo quedé recostado, chupándosela a Sebis; Sebis arrodillado al borde de la cama, chupándosela a JM y éste, inclinado de costado (en una posición que ahora imagino muy poco relajada), chupándomela a mí. El aire estaba impregnado de jadeos y sudores y, como música de fondo, "Confessions on a Dance Floor". Nuestros penes se movían al ritmo del pop, turgentes y ensalivados. Las manos intrusas exploraban cuanta piel estaba a su alcance y los más favorecidos fueron los culos, ansiosos por entrar en acción.

Creo que fue JM el primero en atender los reclamos del suyo. Abandonó mi entrepierna y, tras darle dos o tres embestidas bien a fondo a Sebastián (y como conocedor del falo de JM puedo suponer que llegó a los recovecos más profundos de su garganta), se dio vuelta de un salto y le puso el culo entre los labios. La lengua de Sebas se disparó al instante para darnos una clase magistral de beso negro. Yo abandoné todo y me quedé mirando. No me hacía falta tocarme para que la pija se me sacudiera de placer.

- Quiero tu culo -me reclamó JM.

Y allí fui a entregar mi trasero, con una excitación tal que tuve miedo de sufrir (después de mucho tiempo) un orgasmo anal. ¿Nunca les sucedió eso de acabar sin siquiera meneársela, solo con que los cojan o les chupen el culo? A mí sí. Si quieren, alguna vez les contaré esas experiencias (seguro que van a querer, juas).

Los condones estaban por todos lados. No hubo que esforzarse demasiado para encontrarlos. El primero en forrarse y penetrar fue Sebastián. Mientras lo clavaba por detrás, la lengua de JM atravesaba mi esfínter como una flecha y el goce alcanzaba la libertad en mi garganta. Transmisión perfecta: los cuerpos sólidos transmiten fuerzas, los cuerpos líquidos transmiten presiones y los cuerpos sexuales transmiten placer. No tardé en acomodarme contra el cuerpo de JM y su verga de látex me penetró en silencio, como si mi ano fuera una funda especialmente confeccionada para ella.

Madonna siguió cantando, sacudiéndo y elongando los músculos en el plasma. Inconscientemente, nosotros hacíamos lo mismo a pocos metros de ella, intercambiando posiciones, saboreando pieles, generando tensiones y gemidos que fueron creciendo y creciendo hasta llegar al climax.

- ¡No doy más! ¡Voy a acabar! -grité, dando el último empellón de mi pelvis contra el trasero de Sebas. Éste dejó escapar un sonido gutural de su garganta en medio de un sesenta y nueve de antología con JM. Y desarmando la armonía, decretó:

- Ahora estás castigado por no haber aguantado.

Como un gato, se escurrió entre los cuerpos, me abrazó por detrás y me clavó la verga sin preaviso. Lejos de dolerme, un nuevo calor me subió hasta el cuello y no pude menos que disfrutar del castigo. Entre los dos me cogieron alternadamente hasta que Sebas también acabó y se puso a mi lado para compartir conmigo, uno a uno, el falo de JM que todavía dio pelea durante un rato. Su grito final coincidió casi con el acorde final de "Like It Or Not", el último tema del video. Su orgasmo fue celebrado por miles y miles de palmas aplaudiendo.


Resultados de la Segunda Encuesta

Bueno, bueno... Esta vez parece que las cosas estuvieron mejor que en la encuesta anterior, juas. Esta vez la consigna era clara y concisa ("¿Cuál es tu orientación sexual?") y los resultados fueron los siguientes, sobre un total de 98 votos:

a) Heterosexual: 6 votos (6%)
b) Homosexual: 51 votos (52%)
c) Bisexual: 34 votos (34%)
d) Loca muy emplumada 7 votos (7%)

O sea que el 94% de los que votaron, en algún momento, se la comen. Ahora... digo yo... me pregunto... ¿qué corno hacían esos 6 chongos pakis visitando un blog taaaaaaaannnnnnnn puto como éste? ¿Seguimos con los machitos curiosos tal vez? De todos modos, más allá de ese detalle, estoy bastante más complacido con los resultados que con los de la anterior encuesta. Aunque me niego a tragarme el sapo de que solo el 7% de los visitantes de estas páginas son locas emplumadas. Estoy seguro de que a más de uno de los que optaron por las respuestas b y c se les quiebra la muñeca cuando se cuelgan la cartera, juas.

Bueno, para esta semana les propongo otra encuesta que trate sobre la IDENTIDAD SEXUAL. Pero para responderla, tengan en cuenta lo siguiente:

Sexo Biológico
MACHO - HEMBRA

Género
MASCULINO - FEMENINO

Orientación Sexual
HETEROSEXUAL - HOMOSEXUAL - BISEXUAL

Identidad Sexual
¡¡¡¡¡INFINITAS!!!!!

Cada persona tiene una identidad sexual propia ya que vive su sexualidad de modo particular, única e irrepetible. Por eso es que voy a poner algunas opciones pero estaría bueno que los que tengan ganas se tomaran un tiempito y justificaran, aquí mismo, un poco su respuesta. Si no tienen ganas igual está todo bien.

Por ejemplo:

- Yo me considero GAY y para mí ser gay es ser una persona de género masculino que vive su masculinidad sin guiarse por los cánones que la sociedad impone. Cuando meo me siento en el inodoro porque me resulta más cómodo. No me preocupo por no aflautar la voz. Me divierte mover el culo al caminar y ya lo hago inconscientemente (pero con glamour, juas).

- Otro podría decir: soy TRAVESTI y para mí ser travesti es...

¿Me explico?

Creo que puede llegar a ser una experiencia interesante. Por eso les voy a dar más tiempo esta vez, para que todo el que quiera se pueda tomar el tiempo para su respuesta.

Mientras tanto, leen la tan reclamada continuación de la historia y después se deleitan con este video de Kylie que ya es un maravilloso clásico (¡qué hombres, por dios!!!! Les recomiendo en 1:36 miren atentamente la esquina inferior izquierda de la pantalla: bulto IMPERDIBLE.