viernes, 1 de junio de 2007

Polvo en la penumbra


Al final no pude con mi genio y le entregué el culo tres veces más durante la noche.

Recapitulemos: estábamos en la madrugada del 21 de diciembre de 2001, Marcos y yo cogiendo como conejos mientras el país se incendiaba a cacerolazos y mi vieja pasaba la noche en casa de una amiga. La primera vez me había dolido horrores y, en consecuencia, juré que en lo sucesivo el pasivo sería Marcos.

Pero el deseo y la compasión pudieron más. Llegado el momento de la verdad, Marquitos estaba más cerrado que culo de muñeca.

- Me da miedo -confesó con carita de bebé (semejante vergudo de patas peludas). Y no hubo caso: por más que lo estimulara con los dedos y la lengua (tal como lo indicaba la enciclopedia de mi padrino), en vez de relajarse fruncía más el ojete. A su pesar y al mío. Así que, como yo me moría por seguir cogiendo, terminé por darme vuelta y romper mi juramento.


Y no estuvo nada mal. Lo mejor fue descubrir que, a mí, lo de la relajación me salía mucho mejor que a él y que sentir una pija en el orto era algo que me gustaba más aun de lo que hubiera supuesto. Además, ya no dolía tanto y la verdad que valía la pena. Marquitos se sintió muy aliviado y, después de cuatro polvos y varias bananas para reponer fuerzas, se quedó profundamente dormido.

Fue algo curioso. Mucho. Era la primera vez que tenía un hombre (¿?) durmiendo culo para arriba en mi cama y, aun hoy, puedo recordar lo lindo que se sentía estirar la mano y acariciar esas nalgas y esa espalda, suvecitas y cálidas. Era agradable y me daba cierta sensación de seguridad. Seguridad en mí mismo. Había deseado aquello durante mucho tiempo y lo había conseguido. ¿Acaso significaba que podría lograr todo lo que me propusiera? El ver y acariciar aquel cuerpo me hacía sentir poderoso. Una especie de superhéroe de quince años. Algo dentro de mí había crecido (y no hablo solo del muñeco que dormía en mi entrepierna). Lo tocaba y me tocaba cuando yo también me rendí al llamado del agotamiento.

Cuando desperté ya era de día. El teléfono sonaba y un sol asesino se filtraba entre las rendijas de la persiana. El tiempo parecía ralentado, los sonidos tenían un eco sospechoso en la penumbra y las partículas de polvo flotaban en los rayos de luz como un ejército de pequeños insectos que hubieran perdido el rumbo.


Sin demasiada conciencia de lo que hacía, me incorporé, levanté el tubo y, desde el otro extremo de la línea, me llegó la voz chillona de mi madre. Qué espantosa manera de despertar.

Quería saber si estaba en casa, si había comido, si iba a comer... Me pedía que no saliera, que en las calles continuaban los líos, que ordenara mi habitación, que pusiera ropa a lavar... hasta que dejé de escuchar...

Ante mis ojos tenía el cuerpo desnudo de Marcos, todavía dormido como tronco, y nada podía ser más importante. Mientras mi vieja seguía con sus recomendaciones y se despedía con un reproche (quién sabe por qué causa), me empecé a masturbar y la pija me respondió sin dilaciones.

Colgué el tubo sin quitarle los ojos de encima al culo de Marcos. ME acomodé entre sus piernas y le empecé a besar las nalgas, amasándolas con delicadeza. No pensaba en nada. Mi mente estaba libre de toda especulación. Mis labios y mi lengua intrusa trabajaban como si tuvieran experiencia. Recordé el gusto que me había dado que Marcos me hiciera lo mismo la noche anterior y me excité más todavía. Su piel tenía un gusto y un aroma idescriptibles, amén de la carga erótica que involucraba el contacto estrecho entre mi boca y su trasero.

Marcos comenzó a despertar lentamente. Primero un incomprensible murmullo. Luego un remoloneo, traducido en una pierna que se estira, un leve movimiento de caderas y una mano que sugestivamente se acercaba a la entrepierna. Yo seguía con mi labor.

Entonces, como quien no quiere la cosa, mis besos y lamidas se encaminaron espaldas arriba, hasta llegar al cuello. No fue difícil estraerle gemidos y jadeos inéditos hasta el momento. Tal vez fuera porque todo mi cuerpo lo cubrió y lo protegió en la penumbra. O quizás porque mi verga dura se había instalado entre sus nalgas, justo a las puertas del paraíso que me hubiera negado el día anterior. Y estando ante las puertas, no había más que entrar.


Lo penetré despacio, mordisqueándole el cuello y los hombros y sujetándole las manos con firmeza. Le dolió, sí, pero no me rechazó ni dijo nada. Su esfínter se apretó alrededor de mi falo y casi muero de gusto. Comencé a moverme al ritmo de sus quejidos (más de placer que de dolor), acariciándole las piernas con mis piernas, disfrutando el roce de sus vellos,el calor de su espalda contra mi pecho, el sudor de su nuca y, por supuesto, la esponjosa voracidad de su retaceado tesoro. Pero como suele suceder en estos casos, uno empieza con prudencia, hasta que las mismas urgencias de la naturaleza se hacen cargo de los hechos y todo empieza a tornarse más confuso e imperante. Por miedo a perder definitivamente el control, me detuve abruptamente y se la saqué justo a tiempo para no acabar. Ni una sola palabra. MArcos tampoco dijo nada. Solo se limitó a levantar la cadera para poder masturbarse con mayor facilidad. La verga me latía como el corazón delator. La sola idea de un roce me ponía al borde del orgasmo. Entonces descubrí algo que me distrajo y, en otras circunstancias, me hubiera dado mucho asco: mierda.

Les habrá pasado a todos: tenía la pija cagada. No mucho, pero la mancha era notoria. Y el olor también. Pero lejos de acobardarme y superada la primera impresión, aquel descubrimiento incentivó mi morbo. Marcos empezó a menearse de adelante hacia atrás, reclamando mi atención, y yo me hundí en él una vez más. Entré y salí... entré y salí... entré y salí... Marcos gemía sin reparos y los testículos se me apiñaban como nueces. Mi entrepierna era un volván a punto de erupción pero nada me importaba: solo quería cogerlo hasta no dar más. Instintivamente le agarré la verga y comprobé que él también estaba a punto de caramelo. La tenía durísima y mojada, hinchada de venas, arqueada hacia el vientre... ¡y lamenté no poder llevármela a la boca!


Un grito ahogado anunció el desborde de leche entre mis dedos. Lo clavé bien a fondo, una y otra vez, una y otra vez, hasta que por fin me vacié dentro de él, con el corazón desbocado y sin aliento. Fue sublime y atroz al mismo tiempo. El pecho me dolía y me faltaba el aire. Acababa de traspasar un límite: el límite de lo que creía posible hasta el momento. Y desde ese momento supe que ya no habría límites para el goce.

Me desplomé sobre su espalda y quedé inconciente durante una largo rato.

- ¿Te sentís bien? -preguntófinalmente Marcos, entre sonriente y desconcertado.

"Mejor que nunca" debió haber sido la respuesta. Pero solo pude entrecerrar los ojos y mover la cabeza a modo de asentimiento. Él me aferró la mano y me dio un besito en los labios, con esa ternura que ya no cunde en la vida real.

Quedamos allí tendidos en silencio. Yo, vació de pensamientos. Él, feliz de haber vencido los temores y el pudor. Ya era el mediodía y la penumbra del cuarto agonizaba. Los estómagos se quejaron casi al unísono y otra vez fue Marcos el que rompió el silencio:

- ¿Nos comimos todas las bananas?

- Tenemos una para cada uno...

17 comentarios:

Anónimo dijo...

Joder, nene, vale que soy más calentorro que el copón, pero POR DIOOOOOOOOOOOOS!!! Qué manera de contar una noche de sexo!!! Maaaaaaaaaas, quiero maaaaaaaaaaaaaaas!!

Jajajajajajajaja! Gracias, de verdad!!

Sabes, si no pasa nada, ire de vacaciones en diciembre a Buenos Aires!! al menos 10 o 15 dias!!

Ea, besotes!!

Hector Felipe Villamizar dijo...

Que ricooooooooooo ¡coño me hiciste parara el miembro! jejeje naaa. De verdad me gusto el texto, casi me masturbo.

Javier dijo...

Caray con las bananas, jajajajajaja, ains, años de juventud y experimentación.

Anónimo dijo...

En estas fotos parece que los jovenes chicos se hayan avalanzado sobre los que estan debajo con la intension de penetrarlos sin mirar si opueden hacer dolor en el esfinter..solo desean disfutar ellos y tocar la prostata del de debajo y hacerle enloquecer chillando de placer-----ROCCO 6

Unknown dijo...

Cada vez mejor vos che!! tus relatos eroticos son espectaculares. Me recalento. Jeje espero el proximo.

Thiago. dijo...

Veo que no soy el único que termina al palo después de leer algo tuyo, jajajajaja. En fin...

Anónimo dijo...

Wooow! dejame decirte Zeky, que tu blog es fantastico! es hermosisimo, asi como los relatos 100% ardientes y las fotos de infarto :P me he leido desde tu primer post, hasta este el último, y dejame decirte que de verdad quede maravillado. Eres único ;) ojala tengas mas tiempo para incluir mas. Saludos de Chico_Travieso de 15 años xD quizá tu lector mas joven je je je

Anónimo dijo...

Ah y claro que no hay nada mejor que una banana :D aunque nunca he probado una, ni me han clavado una, pero se que el día ya llegara... ;)

JavieRodrigo dijo...

No sé cómo llegue a tu espacio, pero vaya si está caliente!!!

Seguiré en sintonía.

Anónimo dijo...

Oye, buen tema elegiste para cambiar el diseño!

Mooooola, cooool!!

fisiologus dijo...

sigo leyendo; hago mal?

Gustavo López dijo...

Buen relato, con imágenes ubicadas en el tiempo de la narración.

A ver cómo sigue...

EzLoKhAi dijo...

Buen relato!

Me gusto mucho la nueva fachada de tu pág!

Saludos amigo.

Lucho´s dijo...

Hola! Como andas?
Fuiste seleccionado para continuar con el juego, pásate por mi blog y entérate de las reglas.

Ni a mi me entusiasman mucho los memes, pero bueh. Así que no estas obligado a continuarlo.

Éxitos

Anónimo dijo...

Paso de tanto en tanto por acá porque estas lecturas le hacen mal a mi problema de hipertensión, ja ja ja ja ja.

Unknown dijo...

quino.- Espero que te guste esta ciudad y que puedas coger a lo grande!!!!!

gordi gay.- ¿Cómo CASI?????

pe-jota.- No tantos años, che.

ROCCO 6.- Tenés toda la razón.

paulus cerberus.- se agradecen los elogios, juas.

thiago.- Seguro que no!!! Aunque no me creas, yo también termino al palo cada vez que lo escribo.

chico_travieso.- Seguramente serás mi lector más joven. Aunque nunca se sabe... Por lo de no haberte comido nunca una banana... me voy a poner como mi vieja, juas, y te voy a aconsejar que no te apures. Cuando encuentres una que realmente valga la pena, cométela sin culpa. Pero no te comas cualquier cosa tan solo por comértela. Ay, ni yo puedo creer lo que estoy escribiendo, juas.

javierodrigo.- Espero que sigas en sintonía y que sigas dejando tu huella por aquí.

fisiologus.- Que sigas leyendo no tiene nada de malo. Pero no te quedes en eso: poné en práctica lo que leas!!!!!

el guz.- He leído tu blog y estoy seguro de que podés expresar tu satisfacción de una manera menos aséptica, che.

ezlokhai.- ¿Te gustó? A mí también. Se me ocurrió visitando otros blogs en los que habían hecho el cambio. Si mal no recuerdo, uno al que llegué gracias a vos: el de don Arturo. juas. Me mata ese viejito.

lucho's.- Me gustó la propuesta!!!! Una boludez pero entretenida. La próxima vez que actualice lo hago. Claro, si pueden esperar para calentarse con los relatos, juas

el huije.- Noooooo. No quiero tener una muerte en mi conciencia!!!!!!

Anónimo dijo...

Es verdad en la penumbra es posible que a uno le hagan estas fabulosas clavadas en el culo y que le dejen el ahujero del esfinter lleno de caliente y dura carne de sexo ROCCO 6