viernes, 5 de octubre de 2007

El mejor alumno

- Yo ya tengo mi método y nunca falla -dijo el pendejo con pedantería, como quien se apresta a develar el misterio de por qué existe algo en el universo si bien pudo no haber existido nada. Después se quedó en silencio, esperando que alguno de nosotros hiciera la pregunta de rigor. Pero como ninguno sintió la inspiración necesaria para formularla (tan compenetrados como estábamos en la degustación de las diversas clases de tortillas que Sony había preparado para la cena), transcurridos unos instantes, continuó con su historia:

- Todos sabemos cómo son los viejos...

Nuevo silencio, aunque esta vez Juaco le siguió el juego:

- ¿Cómo son?

- ¡Pajeros! -se entusiasmó el pendejo- Los viejos son todos unos pajeros. son capaces de entregarte lo que no tienen con tal de que les des bola. Unos pajeros patéticos, eso es lo que son.

En ese momento, yo atacaba la primera porción de tortilla de espinacas con queso y estuve tentado de refutar su afirmación, pero la delicia de aquel manjar me abstrajo de la polémica. En mi lugar, Sebita (que iba ya por la tercera porción de tortilla de papas) se unió a la conversación y expuso su punto de vista. Yo mismo no hubiera podido decirlo mejor y más claro.

- Serán pajeros y patéticos pero son la única fuente de ingresos que pudiste encontrar hasta ahora. Los que me llaman a mí son ingenieros, comerciantes, abogados. Que yo sepa, lo único que vos sabés hacer es chupar pijas. Y por ahí no lo hacés muy bien porque, por lo que cuentan, te cotizás bastante bajo...

Lo que dijo puede sonar muy chocante si la vemos escrita pero Seby la pronunció con tanta naturalidad, como quien anuncia lluvia, que el pendejo no se sintió agredido. ¿O habrá sido que no comprendió lo que había dicho?

Se llama Maxi pero todos lo identificamos como el "pendejo bolú". Lo encontró una noche Sony en la calle, sin morfi ni casa donde dormir, y desde entonces se aparece cuando anda en la mala. Tiene 19 años y hay que reconocer que está muy fuerte. Muy buenas gambas, buenos tubos, buen lomo, inmejorable culo, unos faroles azules que encandilan... un poquitín narigón para mi gusto y habla como si tuviera una papa en la boca, pero no me voy a prender de esas boludeces: ¡igual está para partirlo al medio! Sin embargo, la madre naturaleza ha cometido en su caso un error insoslayable: la vacuidad de su bóveda craneana no ha sido compensada con una absoluta incapacidad de habla. La prueba de ello está en que, con total convicción, ni siquiera contempló la conveniencia de llamarse a silencio.

- Lo que pasa es que con los viejos es más fácil. La mayoría te la quiere chupar. Entonces vos pelás, pensás en alguien que te caliente y listo: el que labura es el jovato y vos te llevás la mosca.

- Pero no siempre es así. -acotó nuestro hermoso cocinero tortillero que (dicho sea de paso) ya lleva casi tres semanas de residencia en mi casa- Algunos viejos quieren que vos se la chupes a ellos.

- ¡Claro! Ya hí es cuando aplico mi método.

La sonrisita gardeliana que se le dibujó en la boquita hubiera bastado para pasar por alto el persistente hueco existente entre sus orejas, pero el pendex insistió con sus explicaciones:

- Primero lo franeleás. Si no se le para (que es lo más común porque a los viejos ya ni la pija les funciona bien) se la entrás a sacudir. Cuando por fin se le pone más o menos dura, se la lamés (especialmente alrededor de la cabeza) y, cuando empieza a suspirar, te la tragás hasta donde te entre. Ahí empezás a subir y a bajar, dale que va, hasta que el viejo acaba.

Hay que reconocer que el pendejo le ponía entusiasmo a la explicación. Aunque eso no resultara suficiente para eximirlo de la crítica destructiva. ¡Habrase visto semejante zoquete (bonito) venir a darnos clases de mamadas!

- ¿Y te acaban en la boca? -quiso saber Joao, mientras engullía un buen pedazo de tortilla de pescado.

- A veces no se puede evitar...

- ¿Cómo que no se puede evitar???? -bramé- Uno se da cuenta cuando el tipo está por acabar y entonces la soltás, pedazo de pelotudo.

Sebita terció en favor del descerebrado y adoptó el rol del consejero paternalista.

- Calma, calma. Que no panda el cúnico... A ver, belleza, decime: ¿vos sos consciente de los riesgos que corrés?

El pendejo dudó unos instantes.

- Sep. Pero de algo hay que morir.

Largó la frase con una impunidad escalofriante, tanto que llegó a perforar la coraza de Juaco:

- ¡Ah, no! Si van a empezar a hablar de esas cosas durante la cena me van a quitar el apetito.

Era mejor apaciguar los ánimos.

- Lo bien que te vendría -me burlé- Si seguís lastrando vas a echar panza.

- No importa. Después te echo un polvo y quemo calorías.

Se me echó encima, me metió mano en los pantalones y me besó el bulto. Todos nos reímos, pero el pendejo se quedó mirándonos con cara de no comprender. Primero supuse que se había quedado pensando en las acabadas en la boca, en la transmisión del VIH y todo eso. Pero no, sus profundas inquietudes transitaban carriles muy diferentes.

- Pero... ¿ustedes no son amigos? -preguntó con cierta cautela.

Seby y yo nos miramos y respondimos casi al unísono que sí. La aseveración lo dejó un poco perplejo...

- ¿Por qué te asombra? -lo desafié- ¿Vos no cogerías conmigo?

Inexplicablemente (al menos para mí), el pendejo forzó una sonrisita sin animarse a contestar.

- No importa, Ze, -bromeó Sebys- yo te hago el culo cuando quieras.

- ¡Pri para chupártela! -reclamó Sony, levantándo la mano y abalanzándose sobre Joao, que ya venía sobándole el culo desde hacía rato.

- Che, ¿y a mí nadie me va a hacer nada? -protestó Juaco, subiéndose a una silla y bajándose los pantalones- ¿Acaso mi pija no vale?

Entre carcajadas, todas las miradas cayeron sobre el pendejo, que era el que estaba más cerca.

- ¡Dale! -lo alenté- Aprovechá para poner en práctica tu método infalible.

- ¡Siiiii, yo quieroooooo! -gritó Juaco al tiempo que pelaba el ganso y se lo ponía a milímetros de la boca del pendex.

El boludazo parecía no saber qué hacer. Tanto método, tanto método y, a la hora de los bifes, arrugaba.

- Dale, bebé, chupá que yo te aviso...

Sony empezó a despejar la mesa. Joao liberó la anguila morena que porta entre las piernas. Yo le eché mano al instante y, de rodillas sobre la silla, se la empecé a lamer: el olor de su verga me puede. Así de fácil soy, juas.

Sebys también se bajó los pantalones y le zampó una mano en el culo al pendejo. Juaco todavía esperaba con la verga en alto.

- ¿Y bonito? ¿No te animás o no te gusta?

Observado por todos, el pendejo se sintió presionado e hizo lo que cualquiera de nosotros hubiera hecho en su lugar: agarró la verga con una mano y la empezó a sobar.

Todos aplaudimos y vivamos. Sebys lo abrazó por detrás para franelearlo y desnudarlo.

A medida que se descubría su cuerpo quedaba claro el por qué de que el pendejo fuera tan soberbio y boquiflojo. Tenía un físico casi perfecto y todos pensamos lo mismo: había que darle.

Siguiendo los pasos de su método, como la verga de Juaco ya estaba dura, se la había empezado a lamer. Él también la tenía dura. Era de las que me gustan a mí: de las que se paran en ángulo y son ligeramente curvadas hacia arriba, venosas y cabezonas. Pero por el momento, mi boca estaba ocupada con la de Joao y no era cuestión de desairar al morocho para correr tras la poronga del novato. La fiesta recién empezaba y ya habría tiempo para todo.

- Bueno, mi amor, -se impacientó Juaco- ¿hasta cuándo me la vas a lamer? ¿Así es como los hacés acabar a los viejos? ¡Acaban por aburrimiento! Pasá a la siguiente fase que esta ya está bien.

Juaco es bien directo cuando quiere... Y quiere casi siempre.

- Hagamos una cosa: -dijo entonces, dirigiéndose a todos y alzando los brazos como quien convoca a las masas- ¡enseñémosle a Maxi cómo se labura!

Todos nos miramos sorprendidos. Ese tipo de jueguitos solo se le ocurren a Juaco. La explicación parecía complicada pero en la práctica resultaba de lo más sencillo y de lo más cachondo. Tanto que el pendejo perdió todas las inhibiciones y se entusiasmó con la idea.

La cosa era así: Por ejemplo, sony se la chupaba a Maxi y éste tenía que imitarlo chupándosela a Juaco, quien después de tres minutos le pondría una nota de 1 a 10. Luego iríamos rotando instructores y evaluadores hasta completar la rueda. Sacábamos un promedio y pasábamos al siguiente tema: beso negro, culear, dejarse culear.

Completamente desnudos, sentamos a Maxi en una silla. Arrodillado entre sus piernas, Sony se la empezó a mamar y, parado a su lado, Juaco le entregó la verga para que empezara la clase. Sony se ensalivó la mano y lo pajeó suavemente. El pendejo se esmeraba por hacer lo mismo. Acto seguido, Sony abrió bien grande la boca y se tragó la verga del pendejo sin tocarla con los labios hasta que el glande se topó con la garganta (su numerito preferido). Maxi no pudo hacer lo mismo: la herramienta de Juaco era más grande de lo que su capacidad bucal poco entrenada podía manejar. Sin embargo, trabajó con dignidad y, transcurrido el tiempo reglamentario, su desempeño mereció un honroso 8. Momento de recambio. Sony se puso de pie y Sebita se arrodilló. La verga de Sony es más amigable que la de Juaco y el pendejo pudo tragársela toda sin problemas, mientras Seby hacía lo mismo con la suya. Otro 8. Luego se arrodilló Joao y el pendex lo hizo bastante bien, aunque la verga de Sebastián no es para principiantes y su desempeño no superó el 6. El gran desafío le llegó cuando fue mi turno de instruirlo: la verga de Joao asusta a más de uno, juas. Como a pesar de su estupidez, el pendejo me caía bien, decidí ayudarlo. Primero le pasé la lengua por toda la pija, embadurnándosela bien con mi saliva; después rocé su glande despacio, despacio, hasta arrancarle un suspiro. Evité tragármela entera para que él no tuviera que hacer lo mismo con la del morocho. La tomé fuertemente con una mano y, sin dejar de estimularla con la lengua, refregaba el glande contra las rugosidades de mi paladar. Esa sí que es una estrategia que siempre da resultado. El morocho le puso un 7. Al final de la primera ronda, era mi turno de evaluarlo con Juaco como instructor. El pendejo me comió casi entera, me chupó los dedos con delicadeza y me pajeó con clase, por lo cual mereció otro 8. Promedio parcial: 7,4.


- Con 7 aprobás, así que estuviste justo. -comentó Juaco, encargado de las cuentas- Espero que con el beso negro te vaya mejor.

Para esta etapa tuvimos que cambiar la escena. Nos trasladamos a la sala y el primer trío (Juaco, Maxi, Sony) se ubicaron en cuatro patas sobre la alfombra. Mientras se desarrollaba la prueba, los observadores no pudimos quedarnos quietos. ¡Por supuesto!

El promedio esta vez fue levemente menor (7,2), lo cual evidenciaba que el pendejo tenía mucho para aprender todavía, o bien, que los evaluadores éramos unos jodidos de mierda, juas.

Cuando la cosa exigió entregar el culo, la cosa se nos complicó un poco más. Ya no podríamos hacerlo de a tres porque se nos dificultaría la evaluación, así que hicimos una leve modificación al modus operandi. Cada quien se cogería al pendejo durante cinco minutos y evaluaría la relajación, el entusiasmo y el goce que manifestara el alumno. Otro problema fue que a Sony no le gusta penetrar, por lo que esta vez el promedio estuvo compuesto solo de cuatro notas. El primero en culearlo fui yo, privilegio que se me otorgó por ser el que la tiene menos grande (nótese el mensaje implícito en la expresión, juas). Después de los lengüetazos y los dedos que le habíamos metido en la fase anterior, el pendejo estaba bastante abierto y receptivo. El lubricante hizo el resto. Tenía el culo caliente y dio un gemido profundo cuando se la metí. Entrar en ese hoyo les puedo asegurar que crea hábito. Le di suavecito para que no se entusiasmara tanto de movida (cuac). Luego fue el turno de Juaco, que se excitó tnto que no pudo aguantar los cinco minutos y tuvo que parar para no eyacular. El verdadero sufrimiento para el pendex llegó cuando fue el turno de Sebita, que la tiene más gorda de lo normal. Ni hablar cuando lo ensartó Joao, que tiene una verdadera monstruosidad. Sin embargo, el pendejo se bancó todo. Le dolió pero se relajó y disfrutó. Al final ya sin pajearse para no acabar. Tan bien lo hizo que su promedio esta vez fue de 9.



A estas alturas de la lección (imagínense), todo era un descontrol. Yo controlaba los cinco minutos con la pija de Sebas en el culo y Sony me la chupaba mientras Juaco se lo cogía. Menos mal que soy un tipo precavido y compro condones en cantidades industriales.

Prueba final: el pendejo nos tenía que coger a todos. Fuimos generosos y, para no exigirlo al máximo, redujimos los cinco minutos con cada uno a solo tres. La idea era que no acabara hasta el final y cada uno le pondría una nota también por la acabada.

El primero en ponerle el culo fue Sebita, quien eligió la posición del perrito y seguía tan caliente que no sabía cuánto más podrías controlarse. De hecho, el pendex se empezó a mover rápido y Sebita acabó a mitad de la cogida, pero la disfrutó hasta el final. El segundo fue Juaco, que suele preferir ponerla antes que recibirla, pero una poronga tan buena no se podía despreciar. Prefirió la posición de las patitas al hombro. Maxi alternaba sus embestidas cambiando el ángulo de la penetración y Juaco gozó con entusiasmo. El tercero fue Joao, quien optó por que se lo cogiera en cucharita. Estaba cansado y esta es la posición más apropiada para no esforzarse tanto. Una vez más, Maxi dio pruebas de saber de qué se trataba: si bien la penetración no fue muy profunda, los movimientos fueron muy rítmicos y se ayudó con las manos, que supieron pajear al morocho para sacarle una excelente nota, juas.


El cuarto fui yo. Obvio que elegí que me cogiera de parado. Es mi posición favorita. El pendejo daba claras muestras de agotamiento pero la verga seguía dura como un mástil. Para controlar la eyaculación, me la metió despacio y, una vez que llegó al fondo, se quedó allí un brevísimo instante. Luego empezó a mover la cadera en redondo y, dentro de mí, la poronga pareció triplicar su tamaño. Eso estuvo espectacular. Uno de los trucos más cachondos del sexo anal y, a la vez, uno de los menos utilizados. Los dos estábamos hechos un horror de sudores y los tres minutos se me hicieron muy cortos. Luego de poner mi nota, me consolé con Juaco hasta acabar.


Hasta aquí marchaba todo perfecto. Maxi estaba resistiendo como un verdadero profesional. Sin embargo, le faltaba la prueba de fuego: darle al culo de Sony. No por nada lo habíamos dejado para lo último. Como dije en alguna oportunidad: el culo de Sony te devora y te exprime como si tuviera vida propia.

Con una malicia poco frecuente en él, Sony se puso de espaldas sobre la alfombra y levantó las piernas hasta que pudo pasar sus brazos por debajo de ellas. Estaba más abierto que nunca. Maxi lo miró con deseo.

- Metémela con todo -le ordenó Sony.

Y el pendex obedeció. La pija entró sin problemas y empezaron a sentirse los chup-chup de cada embestida, acompañados por los jadeos de ambos que, desde el principio estuvieron al borde del fin. La carita de Maxi evidenciaba el esfuerzo que estaba haciendo para concentrarse en el control. Verlo era casi doloroso. En cambio, el rostro de Sony, además de placer, mostraba un propósito evidente: frustrar la victoria del pendejo. Se mantuvo pasivamente quieto esperando el momento justo. Y cuando lo creyó conveniente, su esfinter cobró vida en una contracción sorprendente. Maxi se dio cuenta de que le estaba estrangulando la verga y de que ese estrangulamiento le generaba un placer peligroso. Astutamente, penetró a fondo, con la idea de que la estimulación no actuara sobre la zona más sensible de su pene. Allí volvió a mover las caderas en círculos, provocando en Sony la misma sensación con que me había llevado casi al orgasmo. Fue entonces, a menos de un minuto del triunfo, cuando cometió el error fatal que fue aprovechado perfectamente por Sony. Hizo un movimiento involuntario y la verga se deslizó hacia afuera. Sony estiró entonces las piernas y contrajo el culo para, de inmediato, impedir que la pija volviera a penetrar profundo. Un gemido de inconfundible placer anunció el orgasmo del pendejo. El grito visceral lo dio por hecho. Entonces sí, Sony lo dejó entrar nuevamente hasta el fondo, pero ya estaba todo hecho y él mismo se permitió eyacular. Con tanta intensidad que los primeros chorros de leche terminaron en el pelo de Maxi. Mi propio orgasmo y el de Juaco fueron un eco del de ellos dos.


Aquella clase práctica fue una experiencia extraordinaria para todos. Había quedado demostrado que el culo de Sony era el culo dominante, juas, pero de todos modos le puso el 10 que el pendex merecía. Promedio general: 8,4. Nada mal para un principiante.

Luego vinieron las bananas del postre.

¿Qué nota creen ustedes que habrían obtenido en un exámen similar?


13 comentarios:

Anónimo dijo...

Claro, y a mí me querían convenser mis amigos con noches de mate y TEG. Que injusta es la vida. Besos.

Hector Felipe Villamizar dijo...

No joda, te juro que la próxima vez que entre a tu Blog me traigo una toalla, para masturbarme, como me calentó estar aquí jejeje de pana es en serio jejeje. Cuídate!!!

Anónimo dijo...

Buena manera de pasar un rato con los amigos... so naughty...

Cubista dijo...

Ey! Dónde me inscribo para recibir clases como esa? Jejeje.
No sabría decir con qué nota saldría de un examen así, pero creo que no sería una muy baja, porque ya tengo tanta práctica...y ninguno de mis acompañantes se ha quejado nunca, es más, creo que salen felices jeje; no, no sé la verdad, tendríamos que probar para saber jaja.
Muy buen relato como siempre.

Cariños, Flip

Unknown dijo...

Joxep
No seas desagradecido che, que los mates y el TEG tienen lo suyo. Cuando quieras, me invitás que en eso de dominar el mundo soy todo una Napoleona, juas. No solo de pijas vive el puto.

Gordi Gay
Ya deberías estar acostumbrado, pana.

Nano-boy
Una cosa es contarlo y otra vivirlo, juas.

Flip
Desgraciadamente ya cerró la inscripción para el ciclo 2008. Pero estamos necesitando instructores!!!!!!

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Para mi gran asombro, en apenas seis meses este sitio ha superado las 70.000 visitas!!!!! No lo puedo cre-er!!!!!!
No comentan mucho pero que se pajean... de eso no hay dudas.

VIVA EL SEXO CARAJO!!!!!!!!!

Anónimo dijo...

¡Me hubiese sacado un 0! Que malo lo mío... Voto por las clases!!!!!

Unknown dijo...

Jorge
Vas a tener que estar atento para cuando se abra el nuevo ciclo lectivo!!!!! juas

Unknown dijo...

Que reunion!! Mamita que si estubo fuerte esta vez. Apoyo lo de las clases, pero quisiera saber si habra teorico, porque el practico es algo que me gustaria hacer, pero con una base teorica solida. Bueno, de que estoy hablando. Con solo leer este post, un par de trucos ya he aprendido.

Lucho´s dijo...

Y pensar que todo comenzó por una discusión laboral. Cuando hablo con los chicos cuestiones de trabajo, terminamos todos a las puteadas, tendré que ver que esta fallando en mi grupo.....

Che avisa cuando halla otra “comilona” de estas, yo lavo los platos, no se algo, pero invita querido jajajajaja

Mi nota?? mmm no se, ponemela vos…...la nota nene la nota jejeje

P.D.: Gracias Zeky´s, vos entenderás porque te lo digo.

entregada dijo...

hola Zeky´s, yo habria suspendido, esta claro.
Caballerito impacienteeeeeeeee, ya esta publicado mi desvirgamiento anal, fué fantastico, doloroso, amoroso, bañado de lagrimas, de todo un poco.
Un besito

entregada dijo...

Oye, entre amigos se aconsejan, y dada tu sobrada y dilatada experiencia podias darme alguno en este tema, que soy novata.
Increible como describes tus relatos.
Mas besitos

Anónimo dijo...

Yo no puedo seguir leyendo este tipo de relatos! ME NIEGO A SEGUIR LEYENDO ESTAS COSAS! Y mucho menos si me choreás las playlists de mi cuenta de Imeem y no se escuchan completas... ja ja ja ja.

Mieeeeerrrrrrdaaaaaa!!!!!! Yo con mis amigos NUNCA hicimos nada parecido. Y yo que los veo como mis hermanas!!!!!

Hay cosas que voy a tener que cambiar. Eso está más que claro.

Felicitaciones por las 73000 visitas!!!!! Voy a tener que empezar a escribir relatos como los tuyos para que me visiten tanto como a vos??????

Javier dijo...

Qué, ahora con vocación de montar una academia, jajajajaja, ya veo, a lo que llevan las discusiones laborales.