viernes, 4 de enero de 2008

Año Nuevo en Curitiba (parte 1)




"Año nuevo, vida nueva" dice el dicho. ¡Pero yo no quiero!!!! Estoy muy satisfecho con mi vida. ¿Para qué cambiarla entonces? El negocio marcha viento en popa y, mientras estas nalgas aguanten, seguiré haciendo felices a los señores con plata, juas. Además, marcha bien con pocos clientes... un lujo que solo unos pocos podemos darnos en este metier. Por otro lado, vivo en un hermoso edificio de un hermoso barrio de una hermosa ciudad (ta bien, ahora no tengo agua, pero eso se solucionará). Me puedo dar los pequeños grandes gustos de la vida. Aspiro a tener un título universitario... No tendré una familia bien constituida, pero tengo amigos, de los verdaderos, que es lo que más importa.

Y justamente con ellos viajé esta semana a Curitiba, Brasil, para recibir el año nuevo en un entorno diferente.

Lo empezamos a planear hace poco más de un mes (en la Marcha del Orgullo de Buenos Aires, para ser más preciso), cuando João nos vino con la noticia de que pasaría las fiestas con su familia en Brasil. El primero en poner el grito en el cielo fue Sony.

- ¡No puede ser! ¿Qué hay de nuestra tradición?

La tradición a la que se refería era nuestra antiquísima costumbre (de dos años) de pasar las fiestas todos juntos como la verdadera familia que somos. La solución al problema no era muy difícil:

- ¡Viajemos todos a Brasil entonces!

Mi propuesta sorprendió. Todos se miraron sin responder y luego miraron a Joao en busca de una opinión. Y resultó que el morocho estuvo más que entusiasmado:

- ¡Perfecto! Nao se discute mais. Hacemos una gran fiesta en casa de mis padres. Estoy seguro de que van a estar felices de recibirlos.

Hubo algunas idas y venidas de todos modos pero, al final, nos pusimos de acuerdo. Solo faltaba resolver el tema financiero, al cual le buscamos la vuelta y el lunes 31 al mediodía Juaco, Sony, Sebita y yo aterrizábamos en São José dos Pinhais, el aeropuerto de Curitiba donde João (que estaba allí desde principios de diciembre) nos esperaba en compañía de su hermano Bassinho.

Bassinho tiene 19 años, es mulato como su hermano y mucho más simpático. Llevaba una remera blanca y pantalones de jean muy ajustados. Por lo que podía apreciarse, valía la pena ver qué había debajo de la tela. Muy lindo, Bassinho. Marcadito y elástico, era un deleite para la vista. Sony se flasheó desde el primer momento. Apenas lo vimos junto a João y sin saber todavía quién era, la marica empezó a rezar la Santa Madre del Divino Pedazo:

- ¡Que sea gay! ¡Que sea gay! ¡Que sea gay!

La Santa Señora cumplió sus deseos en parte. Cuando nos lo presentó, João se apresuró a hacer las aclaraciones del caso:

- Este tambein está en el negocio... ¡pero dice que es chongo!

Ninguno se atrevió a reirse pero sus miradas y gestos eran muy de gato. Y como atajándose de seguros acosos sexuales, el morochito agregó:

- Mais eu sou attivo.

Entonces se sonrió con toda la capacidad de su generosa boca y dejó al descubierto los dientes más blancos y perfectos que yo haya visto en mi vida... ¡Otra maravilla para la vista, su sonrisa! Todos nos miramos y pensamos lo mismo: "Este chico va a tener mucho trabajo mientras estemos aquí".

Aunque, si de trabajo se trata, parece que el pendejo gana muy bien con lo que hace porque tiene su auto propio (un escarabajo blanco) y un lindo departamento en la Av. XV de Novembro, en la zona más comercial de la ciudad, donde nos alojaríamos.

El escarabajo hubiera bastado para trasladarnos a los seis, pero no al equipaje. Imagínense que cuatro putos no pueden viajar con una muda y lo puesto. Por más que el paseo fuera de dos días. De manera que Sony, yo y el equipaje viajamos con Bassinho en el Volkswagen, mientras que Juaco, Sebita y João tomaron un taxi (que en Curitiba son de color naranja!).

La puta de mi amiga no quiso perder tiempo. Me mandó a mí al asiento de atrás y él se entó en el del acompañante. En un pésimo pero entendible portugués, le hablaba al morocho sobre cualquier cosa y, como quien no quiere la cosa, le manoseaba las piernas, los brazos y la panza. Lejos de incomodarse, Bassinho le sonreía y también le tiraba palos, muchos de los cuales Sony no comprendió. ¡Por suerte! De otro modo, hubiera sido capaz de chupársela ahí mismo, poniendo nuestras vidas en serio peligro.

Mientras ellos cachondeaban, yo me deleitaba la vista con la ciudad. Hermosa. Muy onda europea. En algún aspecto, parecida a Buenos Aires, tanto por la arquitectura como por las bellezas masculinas que se veían por la calle. Hombres de todo tipo, color y etnia. Yo pensaba que serían todos mulatos (fue más bien una ilusión de mi parte) pero resulta que hay mucha población de origen eslavo, alemanes y ¡hasta japoneses! Me sorprendió también una especie de estación de trenes en medio de una avenida en la que había personas que parecían estar esperando algo. Era un recinto cerrado. Tal cual una estación de trenes pero con onda futurista. Mi imaginación se disparó y se me ocurrió que, en cualquier momento descendería ¡un tren volador para levantar a sus pasajeros!

- E a Linha Turismo. - me aclaró Bassinho pero no pudo dar más detalles porque mi amigo volvía a acosarlo, metiéndole la mano bajo la remera para hacerle cosquillas y comprobar la solidez de sus abdominales. Cuando se pone loco con un chongo, no para hasta conseguirlo.

Después supe que la Linha Turismo es una línea de transporte público que te lleva a recorrer los puntos principales de la ciudad por solo quince reales (unos treinta pesos argentinos). Podés bajarte en cualquier punto del recorrido y, con el mismo boleto, subirte en el próximo bus, que pasa cada media hora.



Cuando llegamos al departamento, entre Bassinho y Sony ya estaba todo más que claro. Bajamos los equipajes del auto y subimos al tercer piso. Era un sitio muy agradable, con pocos muebles pero cálido. Bassinho nos ofreció una jinjibirra bien helada, una especie de cerveza hecha a base de jenjibre que (yo creo) tendría mucho éxito en Buenos Aires. Hacía mucho calor y el lugar no tenía aire acondicionado. Apenas un ventilador que removía el aire caliente. Acomodamos los bolsos en una de las habitaciones y nos pusimos cómodos. Bassinho se quitó la remera y dejó bien en claro que lo que se apreciaba a través de la tela era apenas un indicio. Yo me quité la remera también pero ovio que mi pancita no podía competir con la del morocho. Sony, en cambio, ¡se quitó casi todo! Por lo visto, estaba decidido a hacerse coger antes de que llegaran los demás. Se dejó solo una sunguita negra y se colgó del cuello de Bassinho como si ya fueran novios. El acoso era alevoso y Bassinho parecía complacido. Después nos enteraríamos de que su preferencia por los rubiecitos con cara de angelito era tan fuerte como la de Sony por los morochos corpulentos. La pareja perfecta. De repente, Bassinho le tomó la cara con una de sus manotas y le comió la boca. Tanto que la lengua le debe haber hecho un lavaje de estómago. Yo presenté mi protesta.

- Che, si se van a poner a coger, ni piensen que me voy a quedar como espectador.

- No te pongas celoso... -me dijo Sony- El amor no se divide, se multiplica.

Acto seguido, los dos me abrazaron. Las tres bocas y las tres lenguas comenzaron a jugar. Las seis manos a acariciar... aunque cuatro de ellas se dedicaran exclusivamente al cuerpo de Bassinho. A mí se me dificultaba el cachondeo por la diferencia de estaturas y tenía que agacharme. Claro que pude hacer el sacrificio. Más aun cuando el calor de nuestros cuerpos nos reclamó más libertad y, una a una, las pocas ropas fueron quedando en el suelo.

Desnudo, Bssinho era simplemente deslumbrante. Se entiende que le vaya tan bien como prostituto. Además sabe usar lo que tiene. ¡Y tiene mucho! Parece que las pijas grandes son la característica de la familia.




Sony no tardó en ponerse de rodillas. No para rezar exactamente, como podrán imaginar. Era maravilloso verlo con su carita de ángel y ese vergón en la boca. De tanto en tanto le daba una chupada a la mía pero estaba claro cuáles eran sus preferencias. Al fin y al cabo, mi verga era cosa de todos los días... Le ponía tanta gana a la mamada que le hubiera dado una medalla al mérito. Y Bassinho notó la diferencia entre una mamada cualquiera y una mamada de Sony.

Supongo que pensando en la inminente llegada de su hermano, nos pidió continuar en el dormitorio a puertas cerradas y allí tomó las riendas de la acción. Como un general en batalla dispuso la estrategia: yo de espaldas sobre la cama y Sony en cuatro patas al borde del colchón y la cara entre mis piernas. Él se inclinó sobre el culo en pompa y le propinó un beso negro que, a juzgar por los gemidos que le provocaba, debe haber sido antológico. Desde mi posición yo no podía ver mucho, pero por suerte tengo una gran imaginación. Podía ver el culito de pera de mi amiguito y, detrás de él, la frente y el pelo enrulado del mulato. A los costados, sus piernotas tensas y sus brazos sacudiéndose en dirección a su entrepierna. A los pocos minutos, Bassinho se puso de pie. Con una mano se seguía pajeando y con la otra le estimulaba el culo a Sony. Lo acariciaba con las yemas suavemente y, de pronto, le hundía el dedo hasta el fondo. Al mismo tiempo, se sonreía y me calentaba a la distancia con su mirada de gato. Ese morocho tiene un magnetismo tal que le haría ganar mucho dinero en el cine porno.




Entonces, sin decir agua va y de un solo envión, clavó la verga hasta el fondo en el culo de Sony. Mi amigo se quitó la mía de la boca y gritó de dolor. Pero no era una queja sin embargo. En ese grito hubo mucho de placer y de súplica. Bassinho lo empezó a coger sin piedad. A lo bestia. Y el rostro de Sony se desencajó de gozo. Fue demasiado para mí.

- ¡Eu tambein quero!




El portugués me salió tan fluído (lo hablo mejor de lo que lo escribo) que parecía carioca verdadero.

Me puse en cuatro junto a Sony y esperé el mismo tratamiento, juas. Pero el mío fue más sencillo. Sin dejar de coger a mi amigo y sin disminuir el ritmo endiablado de la culeada, me penetró con un dedo bien ensalivado. Era bueno. Fue derecho a la base del pene, una de las caricias que más disfruto. Me lo metía y me lo sacaba. Primero despacio y, después, cada vez con más fuerza. Sony me tomó de la mano y me hizo un gesto de plenitud. En un momento me pareció advertir que al morderse los labios se estaba lastimando. Luego de que acabara todo comprobaría que estaba en lo cierto.

Yo cerré los ojos para gozar más de aquellas caricias, esperando con ansias el momento en que reemplazara los dedos con el falo que luce entre las piernas. No tuve que esperar mucho. También sin previo aviso me lo ensartó hasta el fondo de una vez. Mi esfínter estaba dilatado pero no tanto. El dolor fue contundente. Sin embargo, no tardé en acostumbrarme al desmesurado calibre y todo fue como debía ser. A mí también me cogió sin compasión. No sabía si era porque gustaba del sexo hard o porque estaba apurado. No me detuve a preguntárselo, por supuesto. La sonrisa no se le borraba de los labios. Ninguno de los tres emitía una sola palabra. Solo jadeos y suspiros. Los dedos de Bassinho se internaron ahora en el culo de Sony. Era un chico muy hábil. A pesar de la rapidez de sus movimientos pélvicos, se daba el tiempo de remover la pija en el fondo, de modo que el glande describiera un círculo cuando llegaba a lo más profundo. Podrán darse cuenta que, en ese instante y gracias al grosor de su herramienta, todo mi interior se sentía lleno!!!! Una satisfacción que muy pocas veces me ha tocado disfrutar.

Cuando nuestros gemidos, jadeos y suspiros comenzaron a entrar en sinfonía, repartió la cogida entre los dos: dos o tres culeadas a mí, dos o tres culeadas a Sony. Y esa sensación de vacío repentino vuelto a llenar antes de que el esfínter volviera a cerrarse fue lo más.

- ¡Me lo llevo a mi casa! -grité con convicción y deseo.

Sony y yo no pudimos detener a tiempo nuestras respectivas pajas y acabamos en abundancia en medio de gritos viscerales. Bassinho sonreía más que nunca. Se quitó el preservativo y se recostó sobre nuestros cuerpos, abrazándonos con fuerza y frotando su verga entre nuestras caderas. Favorecido por su posición, Sony alcanzó sus labios con la lengua y el contacto obró como un conjuro mágico. El rostro de Bassinho se contrajo y entre nosotros sentimos fluir el calor de su semen. Luego de tanto esfuerzo, volvió a sonreir.

- Meu irmão ya debe estar por llegar...

Bassinho no terminaba de decirlo cuando oímos el ruido de la cerradura y la voz de João que gritaba:

- ¡Putas degeneradas! ¿Qué le están haciendo a mi hermanito!


21 comentarios:

Enfant Terrible dijo...

Jajaja muy gay tu blog! jaja
me gustó.
El mio es lesbiano pero no tanto como el tuiio jaja!

Muaack! :)

Mirko dijo...

Cuanto hay que esperar para la seunda parte???

Mirko dijo...

Cuanto hay que esperar para la seunda parte???
i lke it!

Mirko dijo...

Cuanto hay que esperar para la seunda parte???
i lke it!

Unknown dijo...

Espectacular. La ultima parte me parecia estarla viendo, en especial la cara de Joao cuando los descubre con su hermano en la cama.

Javier dijo...

Ahora entiendo lo del calor de las Navidades.

Luckitas dijo...

Parece q aprovechaste mas q bien de tus mini-vacaciones... me parece perfecto... ahora digo yo... entre tanta etnia... si yo te dejo al negrito... vos me lo prestas al Sony...??? gustos son gustos dijo una viejaaaaaaa...!!! jaaaaaa... chauuuuu...!!!

semental dijo...

excelente,muy caliente como siempre,divinas vacaciones,me dio mucha risa lo que les dijo joao,q rico q la hallas pasado bien (como comprenderas a mi esta semana se me hizo eterrrrrna)


besos,un abrazo.

Cubista dijo...

¡Hace mucho que no me daba una vueltecita por estos lares! Obviamente éste y los otros relatos que tenía atrasados estuvieron muy hot y entretenidos como siempre :D.
Morí con esta última historia... ¡¡Es que los mulatos me producen muuchas cosas placenteras jeje!! Espero que la segunda parte llegue luego; estaré atento a ello.

Espero que se encuentre muy bien. Cariños, Flip

Arquitecturibe dijo...

Hummmmmm no puedo entender como desperdicié mi fin de año!!! jejejeje el tuyo si que fue un verdadero Lujo!!!!
Besitos desde mi lejana galaxia...

Luckitas dijo...

Para cuando la segunda parte...??? q me voy de vacaciones y no voy a poder entrar a internet...!!! ponete pilas y escribiiiiiiii...!!! :P jaaaaaaa... chauuuuuuuu...!!!

eGeo dijo...

Quién te enseñó a escribir así? :) genial experiencia, al igual que todos, estoy esperando la segunda parte. Besitos!

Anónimo dijo...

jojojojojo. Zekys, cuando me agregas a un viaje de esos a Brasil!??? jajajajaj. Weno, de momento, tengo que ir a Buenos Aires! Propósito para este año!, ea!

besotes!

HOMBRESPARAHOMBRES dijo...

Hola gracias por tu visita. El relato está para morirse de gusto. Con sólo leerlo me ha puesto caliente. Muy bueno tu blog. No es raro que tenga tantas visitas.
Dime si te parece bien que nos enlacemos.
Recibe un abrazo.

Abril de los Ángeles dijo...

Visitando blogs me topé con el tuyo y lo cierto es que me ha gustado mucho.

beso

Abril.

Unknown dijo...

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Sleepless in Compostela dijo...

Che, un horror... yo pasando fin de año cagado de frío y mojándome bajo la lluvia y vos cogiendo con un mulato!!!

markitoxxx dijo...

buenas me uno al pedido solidario "todos por la segunda parte" jaja, increible el relato, me parecio estar mirando!!!
Espero ya hayas podido bañarte en baires y se haya ido el dolor de orto que habras traido

abrazo

Tinitus dijo...

queremos la segunda parte

koala koala ya!!

Lucho´s dijo...

Yo no voy a ser menos que los demas....

PARA CUANDO LA SEGUNDA PARTEEE????
jajaja

Beso enorme

Anónimo dijo...

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